miércoles, 6 de junio de 2007

Aquellas gentes con cerebro nihilista...

Y por "cerebro nihilista" quiero decir que o bien tienen la nada en el cerebro, o que directamente carecen del mismo, al menos en un sentido púramente humano, ya que son incapaces de realizar correctamente las acciones que nos distinguen como "homo sapiens" (para empezar, lo del "sapiens").
Y hablo, creo que ya todos habéis entendido, de esa despreciable involución del ser humano que son las "jenis" y los "chonis". Criaturas de nula cultura y menos personalidad, de cerebro (que no mente) póngido y, por qué no decirlo, pésimo gusto en cuando a música (si a eso se le puede llamar música) y estética en general, entendiendo por estética tanto vehículos autopropulsados (bi o tetraciclos), vestimentas (me repito, si a eso se le puede llamar vestir) o peinados y accesorios. Pero, si todo eso es despreciable, lo que más repulsa me da es su actitud y su forma de mancillar esa magnífica lengua que es nuestro castellano.
Así pues, empecemos a diseccionar y, por qué no, hundir en el más profundo pozo de cieno nuclear (se dice "nucelar, NU-CE-LAR"), a estos infraseres.
Empecemos por su estética, aunque en este caso la palabra no podría estar peor utilizada ya que, ciniéndonos a su definición y etimología, la estética tiene que ver con la belleza y el arte (de hecho, proviene de la palabra griega de significado "sensible"), y huelga decir que estas involuciones del ser humano como ser cultural no son demasiados respetuosos con lo que es belleza. Utilicemos, mejor, el término "aspecto exterior", que aunque más largo, es más apropiado para referirnos a este tema. Pues bien, para hablar del aspecto exterior de esta sub-especie, y más en concreto de sus vestimentas (o tapamientos, como prefieran vuesas mercedes) y accesorios, así como peinados y maquillajes, empezaré con los especímenes (¡hez!, me empiezo a quedar sin sinónimos) de sexo masculino. Sus ropajes se pueden dividir en dos grandes estaciones: verano e invierno, para ellos no existe el término medio. En verano, nos deleitan sobretodo con camisetas sin mangas o de tirantes, aunque también llevan alguna con manga muy corta, siendo el factor común el hecho de ser muy ajustadas con el fin de mostrar que, o son unos tirillas de mierda, o bien les sobran tres de las seis comidas diarias, amén de las 5 horas de gimnasio diarias en este caso. Las camisetas, además, suelen tener colores llamativos, muy acordes a los chalecos reflectantes, o en ocasiones tienden más al blanco. Suelen tener dibujados motivos varios, o bien las marcas de sobra conocidas por los lectores, que hacen que una camiseta horrible quintiplique su valor (pese a que continúe siendo horrible), o bien motivos tribales, no menos horribles que las camisetas, todo sea dicho, aunque de los tribales tendremos tiempo para hablar. También suelen llevar motivos patrióticos, supongo que por afán de sentirse identificados con algo, aunque sea un trozo de tela. En invierno, aunque las camisetas con mangas cortas las siguen llevando, añaden además sueters no menos horribles que las camisetas, de marcas similares. Y por encima de todo, el toque de elegancia: esos espectaculares plumas de color negro y hombros amarillos, que aumentan la masa corporal en un 70% y que suelen llevar todos los delgaduchos. Que una cosa es querer sentirse integrado, pero otra muy distinta es que todos lleven el mismo puñetero abrigo, que parece que se lo roben unos a otros, y que el mismo abrigo haya pasado por todos estos engendros (sabía que me quedaba una palabra ^^), a modo de testigo. Huelga decir que dichos plumas son poco menos que un pecado contra la moda en general. Por último, para terminar con el tronco, decir que en ocasiones también pueden ser vistos con camisas, en plan pijo, de cara a tenerlo sencillo para quitársela, algo tan habitual como deplorable y vergonzoso. En lo que se refiere a los pantalones, hay de dos tipos: chándal y vaqueros. El primero puede ser de tres formas distintas: colores chillones, con el fin de que si la gente no les mira el tronco, puedan ser capaces de verles de noche, gracias a la reflectancia; blanco, para poder mostrar sus calzoncillos un día de lluvia o de calor; o el chándal de la selección española de fútbol, por eso del orgullo patrio. Los vaqueros, en cambio, son vaqueros normales, de unas 2 o tres tallas menos, con el fin de: a)conseguir que les vayan cortos; b) que les aprieten las gónadas. Porque necesitan marcar el paquete, como si de toreros se tratase. Y para terminar con los ropajes, las zapatillas, que son siempre las típicas ADIDAS más viejas que la tana, en plan pinta de fútbol sala, y con los cordones bastante desatados. De complementos nos suelen deleitar con, básicamente, oro. Oro en tres enseres distintos: por un lado los pendientes, típicas argollas de estilo pirata del Ejeo (por decir algún mar...), que si se ponen en las dos orejas convierten al interfecto en un ser más chungo y de mayor estatus en la homínida comunidad; cadenas, preferiblemente gruesas, para que no pasen desapercibidas, y con frecuencia con algún tipo de colgante; y por último, los anillos, que ellos llaman sellos, de tamaño también desorbitado. Me puedo imaginar a César Borgia vaciando el veneno contenido en uno de esos anillos. Y para terminar con la estética, perdón, el aspecto exterior masculino, no puedo dejarme ni los peinados ni los tatuajes. Los primeros, pueden adoptar 3 formas principales: la primera, es la cabeza prácticamente rapada, aunque es algo que se ha ido perdiendo con los años; el segundo, consiste en el pelo muy corto, excepto ciertas partes, a modo de pinchos; por último, el tercero consiste en tener el pelo de una longitud normal, dejando la parte de la nuca más larga. Además, dichos peinados suelen complementarse con tinte rubio, con el fin de ser más vistosos (y ridículos) todavía. Y los tatuajes, priman sobretodo los tribales, tanto en el brazo como en la espalda, aunque tampoco son extrañas caracteres asiáticos, los cuales, por cierto, son desconocidos por el "lienzo", con lo que pueden creer que llevan su nombre en chino, cuando en realidad pone "capullo" en coreano. Por último, no quiero olvidar las gafas de sol que gastan, que no son otras que las que usan los ciclistas en carretera.
Y si los entes masculinos son horteras, las féminas no se quedan atrás. De hecho, son mucho más coloridas que éstos, hasta el punto de rivalizar con el payaso de Micolor (o Mikolor, como escribirían ellos). Se nota que estas chicas no tienen apenas formación ni cultura, porque cualquiera con un mínimo de conocimientos sobre colores sabe qué colores NUNCA deben ser puestos juntos. Pues bien, las señoritas, con dos cojones (ovarios, en este caso), se saltan toda la teoría del color, creando combinaciones realmente estrafalarias y dañinas a la vista, pues los colores no son precisamente suaves o apagados. Y sumado a la pésima selección de colores, también resulta que las ropas en sí son terriblemente horteras, con lo que el resultado pueden imaginar cómo es... Pero vayamos por partes, concretamente, con la parte de arriba que, a diferencia de los varones, sólo tiene una estación. En invierno, como mucho, suman una cazadora terríblemente ridícula, que apenas tapa hasta el ombligo y, que como seguro que suponían ustedes, inteligentes como son (si no no leerían mis sabias y doctas palabras), no es más que un plumas, aderezados con algo de peluche en el cuello y, en ocasiones, en la parte de abajo y en el final de las mangas. Y se preguntarán, ¿qué esconden bajo esos cortos plumas? Pues bien, la respuesta es sencilla: poca cosa. Me explico, bajo dichos abrigos llevan ciertas camisetas y pequeñas chaquetas y jerséis, pero tan nimios que es como si apenas llevasen nada. Dichas camisetas, suelen se muy cortas y de colores muy chillones (sí, considero el blanco un color chillón), con motivos similares a los masculinos, o bien bastante ñoños. Y las chaquetas...pues bien, realmente no se les puede llamar así, ya que son una estupidez tal que cubre los hombros y los brazos, nada más. Me parece lo más horrible desde las hombreras de los ochenta. En cuando a cómo tapan las piernas, al igual que sus iguales masculinos, se decantan por los pantalones semivaqueros ajustados. Éstos, sin embargo, destacan por sus colores, que suelen adoptar tonos rojos o rosas, pero no podemos obviar el diseño de los mismos, ajustadísimos (evidentemente el talco tendrá mucho que ver en el acto de vestir, aunque hay que decir que algunas de estas...éstas, suelen tener bastante poco con lo que llenar) y, la verdad, bastante horripilantes. Sería de interés público cortar las manos al diseñador de los mismos, aunque quizá fuese mejor los pies, porque no sabría afirmar que eso está diseñado con una manos con pulgares prénsiles. El calzado, a su vez, suele ser una mutación de zapatillas deportivas con botas de robot japonés. Es decir, unas zapatillas de plataforma, de plástico, con formas que me recuerdan a los zapatos de un Marine espacial, y con colores varios, que van desde el blanco, al negro con naranja, ya que son incapaces de llevar una combinación de colores normal. "Pero- me reprocharán ustedes- yo alguna vez a hembras de esta sub-especie no vestidas de esa guisa". A eso iba, a eso iba. En las noches de fin de semana aparecen variaciones en los ropajes de algunas de ellas, mutando los pantalones en minifaldas que perfectamente podrían ser el cinturón de Conan o de algún otro hipermusculado guerrero de alguna historia fantástico-épica. Las camisetas, se convierten en algo más escotado si cabe, y las plataformas se transforman, en muchas ocasiones, en botas de tacón. No todas, ya que muchas conservan sus ropajes de diario, pero sí que se ven muchas con este aspecto exterior. En cuanto a complementos, además de las cadenas y anillos que comparten con los varones (que no barones), aunque siendo éstos mucho más finos que los de los entes masculinos, destacan sobremanera los pendientes. Éstos suelen ser aros de tamaño ridículamente enorme. Y con enorme me refiero a que les llegan a los hombros. Porque si los de los pseudo-hombres son de bucanero, éstos podrían ser perfectamente la percha para que se posase el loro (o incluso un águila real). Los cabellos, en rasgos generales, son teñidos (el rubio es el color predominante) y tremendamente lisos, casi lacios. Suelen aparecer o sueltos, callendo cuan smeagoliana melena, o a modo de coleta, tan estirada que se hacen un liftin que ni Berlusconi. A veces lo acompañan con una cinta a modo de diadema, tanto con coleta como sin ella. Y si quieren ya ser las más chungas de su barrio, pues ya optan por raparse la nuca, con lo que ya se convierte en necesario darles una sonora y, por qué no, dolorosa colleja. Del maquillaje, pues decir que se empiezan a maquillar desde la más tierna infancia. Ya siendo púber llevan, y según van avanzando en edad, van "putonizándose", hasta que a los 18 alcanzan su cénit, que no abandonarán en mucho tiempo. Y por último, los tatuajes. Porque como "tías chungas" que son, suelen llevar su cuerpo dibujado con básicamente dos tipos de dibujos, los ya comentados tribales en los riñones, allí donde la espalda está cerca de perder su casto nombre para pasar al de culo, y, ¡sorpresa! el conejito de Play Boy, generalmente cerca del ombligo. Si es que muchas veces las aperiencias no engañan, y éstas parecen unas guarras...
Y para completar lo que es aspecto exterior, paso a hablar de sus medios de autolocomoción a motor, que se distinguen en dos grupos, diferenciados por la edad del interfecto. Y sí, he dicho interfecto, porque lo habitual es que sea el varón el poseedor de medio de autolocomoción, aunque en el primer grupo también hay conductoras hembras. Ciertamente no sé cómo llegan a ser capaces de aprender lo que es un STOP de cara al examen de conducir...supongo que su analfabetismo no es total. Pues bien, dichos vehículos se dividen en bicilos y tetraciclos. Los primeros, obtenidos generalmente a la tierna edad de 16 años, ya empiezan a sacar a relucir esa vena artística de los mozalbetes, con lo que se empieza a maquillar el vehículo, el cual pasa de ser una puta mierda a ser una puta mierda ridícula. Porque, ¿hay algo más ridículo que una vespinillo con el tubo de escape de una moto de gran cilindrada? No creo, y más teniendo en cuenta que eso sólo sirve para hacer más ruido. A eso súmale las pegatinas de Rottweiler o Lonsdale y obtendrás...¡la mierda de dos ruedas! Más tarde, adquieren un auto nuevo, generalmente de una cilindrada poderosa, que decoran con gran cantidad de objetos muy útiles para el vehículo: neones, alerones, faldones,... además de las pegatinas que ya pusieron a su moto, pero esta vez en grande y caro. Además, le suman elementos pictóricos tan exquisitos como el nombre del dueño y el de su pareja, junto con las enseñas nacionales de su patria (una, grande y libre), a modo de piloto y copiloto de rallies. Y, para rematar, añaden a su vehículo altavoces por doquier, amén de un sub-woofer (no, no me refiero a Ibarzo) que ocupa todo el maletero (total, para cuatro prendas que tienen...), y así, bajando las ventanas, pueden deleitar a todo aquel que pase a un radio de 200 metros del coche con su música, mención que nos sirve para enlazar con este importante elemento a tratar dentro de esta sub-especie de suprapóngidos o infrahomínidos (quizá me haya pasado con lo de "supra"...).
De la música escuchada por dichos personajillos, puedo discernir tres grupos mayoritarios: bacalao o máquina ("bakalao", "intchi" o "makina"), gitaneo y pachanga. El primero, no es más que una sucesión, aparentemente infinita, de golpes rítmicos de graves, mezclados con algunos sonidos algo más agudos y, en algunos casos semi robóticos o industriales, y algunas voces femeninas modificadas para que suenen como un cerdo el día de la matanza o como un gato cuando le pisas la cola. Todo esto es suficiente para que los entes de sexo femenino se magreen con movimientos rítmicos de cadera con los hombres (para entendernos, poniéndolsela dura haciendo gestos tales como si estuviesen practicando el acto carnal) y éstos haciendo gestos con un brazo y la cabeza. En lo segundo, gitaneo, me refiero a cosas del tipo "Andy y Lucas" o "El Arrebato", por los cuales siento un profundo odio y desprecio. Es música más para "ir d tranki, ko, kn la xorba" (arg...me siento sucio al escribir así, tengo como escalofríos. Y no es coña), es decir, para estar tranquilo en el coche con la novia, sin querer el, ejem, "subidón" (insisto...me siento sucio...en cuanto termine me daré una ducha). Y por último, el pachangueo, es decir, básicamente reggaeton, con el que pueden magrearse con ritmos algo más pausados que con el bacalao. Pero vamos, como hemos podido ver en el análisis, la música no tiene otro objeto para estos seres que arrimar la cebolleta.
Y por último, tan sólo comentar su forma de hablar y expresarse, de lo cual puedo decir, símplemente, que me resulta desagradable tanto el tono como el contenido y la dicción. De hecho, creo que me parecen desagradables las voces, porque es curioso pero, ¿se dan cuenta que todos tienen la misma voz? Quiero decir, que todos los tíos tienen la misma voz, muy grave, como si aún le estuviese mutando en la adolescencia. Y las chicas igual; es curioso ver a chicas con la cara muy fina, hablar de una forma tremendamente bastuza y, la verdad, masculina. Además, constantemente hablan gritando, como si todo el mundo debiera enterarse de lo que dicen, siendo esto de mínimo interés y menor relevancia. Porque, como he dicho antes, el contenido de sus expresiones son estúpidos, siempre hablando de lo chulos que son, de lo que le han puesto a su moto o coche o de que una "jenny" le estuvo toda la noche anterior comiéndole con la mirada. Y las chicas, algo similar, pero además metiéndose con todo el mundo y, en ocasiones, ¡incluso cantando!¿Nunca han ido ustedes en un autobús y algún grupo de estas sujetas se ha puesto a cantar, gritando, alguna canción compuesta por el mismo Lucifer con el fin de torturar almas del Averno? Es una experiencia, se lo aseguro; se siente vergüenza humana. Y de su dicción, ¿qué decir? Además de que de cada tres palabras una es "co" (al menos aquí en mi augusta ciudad, en otras supongo que será otra expresión), tienen la curiosa costumbre de, ya no solo acortar palabras, sino inventarse su propia gramática, construyendo oraciones sin pies ni cabeza, y con fallos mil en todas sus estructuras.
En conclusión, que es una lástima que no existan campos de concentración donde alojar a la mayoría de estos infraseres, con el fin de que su nefasta influencia, así como sus genes, no sean transmitidos a generaciones posteriores.
He dicho.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te remito a la biblia

http://www.viruete.com/2004/05/auge_y_caida_de_los_pelocenice.html

http://www.viruete.com/2006/03/entrevistamos_a_chimo_bayo.html

http://www.viruete.com/2005/07/moda_bakala.html

shinobiHitokiri dijo...

Qué buena es Viruete...

Anónimo dijo...

Gran teoria del "barrio-bajismo". Me ha gustado, si señor.

redjhawk dijo...

Lo siento por no haberlo leído antes

Simplemente,genial:D

redjhawk dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.