lunes, 30 de abril de 2007

"It's too bad she won't live ... but then again, who does?"

Resulta curioso que haya titulado este post con la frase que he elegido. Quiero decir, que no es la frase más conocida de esta maravilla de película sobre la cual voy a tratar. Pero la he elegido porque me gustaría acabar el post con la otra frase, y porque siendo la otra más poética, esta me resulta mucho más intrigante y, aunque suene cultureta, profunda.
La película sobre la cual voy a tratar es, como habréis podido deducir aquellos que la hayáis visto en versión original (única forma de verla en DVD), es "Blade Runner". No soy demasiado aficionado a la ciencia ficción, ni en literatura ni en cine, ni siquiera en comics, pero esta película, pese a estar englobada en ese género, me resulta tan fascinante y sobrecogedora que no puedo sino adorarla.
Mi relación con esta película, la verdad, es curiosa, ya que es completamente contraria a la cronología de la creación de las obras basadas en la historia de Dick. Empecé con esa maravilla de aventura gráfica homónima a la película que, aunque no sigue el argumento de la peli, se sitúa en el mismo universo, y comparte con ella localizaciones. Después, por recomendación de mis tías, vi la película, la cual al igual que el juego me gusto mucho. Y finalmente, leí la novela en la que está basada, que bueno, quizá me decepcionó un poquito, más que nada por el hecho de no parecerse a la película, además de que me pareció bastante fría en cuando a la historia.
Y bueno, ¿qué decir de la película? Técnicamente es impresionante, con una ambientación oscura y sucia que hace comprender lo asqueado que está Deckard por vivir en aquel lugar (es curiosa tanta lluvia en LA, ¿no?). Los efectos especiales son muy, muy buenos, sobre todo teniendo en cuenta las capacidades gráficas de las computadoras de le época, y con algunos planos que a mí, como a mucha más gente, se me han quedado grabados para siempre (¿hay alguien que no recuerde la cara de la señorita asiática en la publicidad de las paredes, mientras vuela la patrullera?). Y si dicha escena me resulta inolvidable, más aún la banda sonora de Vangelis, en especial el score incial.
De los personajes, me encantan sobre todo las maravillosas Daryl Hannah y Sean Young, como Pris y Rachel, además del protagonista, Deckard, que le dio a Harrison Ford la oportunidad de variar de estilo de personaje tras Indiana Jones y Han Solo (que no me parecen, en absoluto, malos personajes, siendo Indy uno de mis personajes de aventuras favorito, si no el que más, y el capitán del Millenium Falcon mi personaje favorito de todo el universo StarWars). Además, siempre me gustó mucho el chino fabricante de ojos, que me molaba un huevo en su local de hielo con el abrigo cuan esquimal, o Gaff, el policía papirofléxico, para mí personaje más intrigante de toda la película, por encima incluso del todopoderoso Tyrell. Sin embargo, he de destacar por encima de todos al teóricamente malo de la película, pero un malo al que me resulta imposible odiar, y que es uno de los personajes más magníficos que he visto en una película, Roy Batty, al que Rutger Hauer le dio una dimensión mítica, tanto con su interpretación que rezuma carisma como con algunas aportaciones propias como el pelo teñido o la frase final del personaje, una de las más míticas del (genial) cine de los 80, con la que, como había dicho al inicio del texto, me despido:
"I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams glitter in the dark near the Tanhauser Gate. All those ... moments will be lost in time, like tears...in rain. Time to die."

domingo, 29 de abril de 2007

Nuevo mamoncete (en este caso mamonceta...) para el buche.

Como es habitual en mí, cada vez que nace un nuevo Borbón, no puedo sino postear para comentar una noticia que no hace sino llenarme de gozo y satisfacción. Y bueno, sé que es algo casi habitual, ya que como los señoritos no hacen más que practicar el acto del fornicio, bien con sus cónyuges, bien con queridos y/o queridas (bueno, también le dan a los estupefacientes, o si no preguntenle al marido de la Tonta), los hijos caen con frecuencia. Y no me quiero imaginar a los hijos bastardos que hay que mantener a espaldas de "Corazón, Corazón" y demás programas de ensalzamiento monárquico.
Y bueno, lo más divertido es pensar en el gasto que dará la criatura a los españoles porque, además de los gastos típicos de un bebé (teniendo en cuenta gastos de clase muy alta, con lo que se quintuplican) habrá que sumar las gilipolleces de tipo bautizo, club de campo, aprender a montar a caballo, a la vela, a esquiar...y además, los guardaespaldas necesarios para que ninguna mente llena de pérfidas ideas trate de apoderarse del querubín (en este caso querubina). Y no quiero pensar el gasto según vaya creciendo.
Y lo mejor, significa que la familia Borbón, ya numerosa, se seguirá ampliando, incorporando más y más parásitos de ascendencia gabacha.
Así que nada, pongámonos delante de la televisión para disfrutar de conexiones mil con la clínica Ruber, donde los Reyes contestarán con las respuestas de siempre las preguntas estúpidas de siempre, que manda cojones que los periodistas parecen imbéciles. No sé dónde cojones les dan su título, o qué cojones aprenden en la facultad donde quiera que hayan ido.
He dicho.

jueves, 26 de abril de 2007

"Si nadie fuera violento podría conquistar el mundo con un cuchillo de cortar pan"

Recupero una de mis secciones favoritas del anterior blog, una de las que más demuestran mi vena ultra-freak: Grandes héroes de ficción. En ella, como se intuye, hablaba, hablo y hablaré de personajes de ficción que me molen un puñado y que me den pie a escribir lo suficiente.
Pues bien, para el reestreno de dicha sección he elegido hablar de un perro, un perro que no estoy seguro que conozcáis demasiados pero bueno. Se trata de Dogbert, de la serie de tiras cómicas "Dilbert".

Sabido es mi idolatría hacia personajes con tendencias megalómanas y de conquista mundial, y dicho perro las cumple. De hecho, tiene cierto parecido a Stiwie, aunque Dogbert nació bastante antes que él, en el ya lejano 1989.
Dicho can, se puede definir acertadamente como "sarcasmo convertido en bola de pelo", con lo que ya sabemos que su participación en la tira cómica tiene que ver con comentarios irónicos hacia su dueño. Y la verdad, la mayoría son muy divertidos, llegando en multitud de ocasiones a la crueldad, con lo que mi amor (platónico) por él aumenta de forma exponencial.
Además, no sólo critica a su dueño, sino también a todo el sistema social de los US.
Y como estoy espeso, y mañana he de madrugar para ir a clase y además me acostaré tarde, pues no escribiré más y me despido con un sutil a la par que elegante deseo, que un equino lujurioso horade el ano de vuesas mercedes.
He dicho.

PS: Me acabo de fijar, si le pones pelo largo (o imaginas que las orejas son pelo) tiene cierto parecido al Patatilla...¬¬

martes, 17 de abril de 2007

"Der Hölle Rache Kocht in meinem Herzen."

Salud, jóvenes querubines.
En este nuevo texto me dispongo a hablar de la última película que videé, que no es otra que la adaptación de la ópera de Mozart "Die Zauberflote", es decir, "La flauta mágica".
Y bueno, la verdad es que la película me gustó mucho.
El argumento, es clavado a la ópera, respetando las canciones (pese a que las hayan traducido al inglés) y todas las escenas. Sin embargo, han trasladado la ópera a un escenario distinto al mundo de fantasía en que se desarrolla el original, situando esta versión en algo similar a la I Guerra Mundial. Así, tanto Tamino como Papageno son soldados de la Reina (de la Noche), que van a buscar a la hija de la Reina, Pamina (muy originales los nombres, Wolfgan no se rasgó la peluca) secuestrada por Monostatos, rival en la contienda de la Reina.
El hecho de que la película se sitúe en la IWW ha sido resuelta de forma ingeniosa, por ejemplo, las tres damas que salvan a Tamino, aparecen como enfermeras con la cofía y todo, y después, como lugartenientes de la Reina, van vestidas de soldados. Además, muchas escenas de la película tienen lugar en las trincheras. Para ello, tanto el vestuario como los escenarios están muy bien. Con todo, dicho ambiente se va perdiendo ligeramente conforme avanza la película.
La película es totalmente cantada, tan sólo tienen algunas partes de diálogo, muy breves, y para ello todos los actores son cantantes de ópera. Evidentemente eso hace que sonoramente la película sea espectacular, y tampoco desentonan como actores dentro de la película, notándoseles cómodos en los primeros planos y demás. Evidentemente toda la película está en versión original, aunque se entiende bastante bien incluso sin necesidad de los subtítulos.
El montaje tiene muy buen ritmo, enlazando de forma fluída las escenas junto con la música, lo que hace que la película no se haga para nada larga, aunque haya algunas canciones que quizá se alargan demasiado (es una impresión). Pero lo dicho, la película no se hace nada larga, y se disfruta mucho.
Y por último, quiero destacar dos escenas, una para lo bueno y otra que fue la que más me decepcionó: para lo bueno, destacar, sin duda alguna, la overtura de la película (y de la ópera), que es absolutamente impresionante. La música fantasticamente bien mezclada con la batalla inicial. Para mí, dentro del muy buen nivel de toda la película, es lo mejor.
Para lo malo, la escena que más me decepcionó, es la más conocida de la ópera, el aria de la Reina de la Noche. Era la escena que más estaba esperando de toda la película, y me pareció que carece de la fuerza y la magestuosidad que sí que tiene la música, con un montaje demasiado confuso e incluso mareante. Sin duda, la parte más decepcionante y peor de la película. Pese a todo, está muy bien cantada, ¡faltaría más!
Con todo, me parece una película a la que hay que dar una oportunidad, y a la que muchos críticos de cine han vilipendiado por el hecho de no tener un lenguaje absolutamente cinematográfico (también pasó con "SinCity", por ejemplo, y es un peliculón), y considero que Keneth Branagh merece un aplauso por arriesgarse a rodar una película tan arriesgada y con tan poco público potencial.
He dicho.