domingo, 11 de noviembre de 2007

"I wanted to see what you were made of...and I did."


Hubo una época, allá cuando yo era joven y cultivado, que me gustaba leer. Sobretodo me gustaban mucho los libros de aventuras. Y de uno de esos libros surge un personaje de ficción al que siempre he adorado, más aún cuando era un querubín: Robin Hood.
El personaje de una leyenda popular sajona, luego convertido en libro y, finalmente, convertido en personaje operístico, teatral o cinematográfico. Fue en este último medio donde lo conocí, fundamentalmente gracias a dos películas, tituladas ambas igual, "Robin Hood", si bien una tiene el subtítulo de "príncipe de los ladrones" (la otra es la animada de Disney). Evidentemente, ahora las vuelvo a ver y claro, no tengo la visión tan idealizada que tenía en mi época infantil, pero sigo conservando mucho cariño por la figura del noble convertido en proscrito, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, y también a dichas películas. Después, obviamente, vi el resto de adaptaciones de las que he tenido noticia y, si bien resultan un poco asépticas en lo que es la personalidad de cada personaje, me gusta demasiado este personaje, y el cine clásico de aventuras en general, como para criticarlas despiadadamente (además, "Robin de los bosques" es cojonuda).
Y no sé qué es lo que más me gustaba del personaje. Supongo que la época en la que estaba ambientada gusta a todo niño (a mí me sigue gustando, pero por todos es sabido que yo soy bastante infantil), por eso de los combates a espada, las armaduras, el tiro con arco... Y claro, Robin Hood es un héroe que es bueno a la espada, y al arco, y cuya vida consiste en hostigar a un tirano para ayudar a los necesitados, con lo que esa concepción tan estricta del bien y el mal que se tiene de pequeños hace que se le coja empatía fácilmente. A eso le sumas esa personalidad desenfadada y despreocupada que le dio Errol Flynn en "Robin de los Bosques" (de donde sale tanto la frase del título como la foto que acompaña al post), cuya imagen tendrá ligada Robin Hood durante muchos años, y ese tono de galán del cine de aventuras que, joder, tanto mola, y ya tienes al héroe perfecto para un crío, que se puede pasar el día con un arco de juguete, saltando entre los árboles, hasta joderse algo, claro está.
Y bueno, cierto que hay muchas partes que se podrían criticar de la leyenda. Muchas formas de ridiculizar o ponerle pegas al personaje. Pero es una leyenda, un mito. De hecho, es uno de mis mitos, y no seré yo quien lo haga.
He dicho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En la versión más moderna del Kevin Costner hay negro-musulmán (Morgan Freeman). Creo que es de las pelis que mas veces he visto.

shinobiHitokiri dijo...

Esa es una de mís películas preferidas de siempre (de hecho, lo comento en el post, es la de "príncipe de los ladrones"), aunque ahora mismo, la cambiaría por la de Errol