lunes, 9 de junio de 2008

“Yo represento a la gente más pobre y más vulnerable. En un nivel espiritual, tengo eso a mi favor"

Solidaridad.
¡Qué fácil es hablar de ella! Y más si eres un personaje público.
Ya se sabe, eso de salir en la televisión en actos benéficos es muy bonito y crea una muy buena imagen de cara al exterior pero... ¿y su utilidad real?

Veamos, cogeré el ejemplo del cantante de U2, autor de la frase del título. El señor Bono es muy dado a sus discursos sobre la pobreza en el mundo, sobre la necesidad de un equilibrio entre los países ricos y pobres y demás. Y es lógico que lo diga, porque es verdad pero, ¿hasta qué punto es necesario que el Sr Bono, en cada acto al que acude, diga su discurso sobre la necesidad de la igualdad en el mundo? Está claro que es un tema que nadie ignora y que está ahí. Algunos me diréis que nunca está de más repetir el mensaje, para que llegue a todos. Pues yo creo que eso es más bien una maniobra de imagen. Primero, para asociar el nombre de Bono (que prácticamente es un nombre de marca) y el de U2 con el de "solidaridad". Segundo, para asegurarse una buena imagen de cara a la prensa y el gran público en general.

Sin embargo, en el momento de plantear soluciones... ¿cuáles aporta? Porque es muy bonito hace un viaje a Somalia o Sierra Leona, hacerse una jodida foto con los niños , dar la arenga de rigor e irse con su jodido jet privado a su casa de 20 habitaciones (que es, curiosamente, lo que hacen los políticos, y entonces el gran público no duda en llamarles hipócritas y decir que están ahí por la foto). Pues veamos, su solución es que los países ricos den más dinero a los países pobres. Vamos, la que tiene casi todo el mundo, pero dicha por su boca parece que tiene más relevancia. Bien, lo que no entiendo es que esa petición la haga un tío que, debido a que los impuestos en Irlanda son más altos que en Holanda, traslada sus negocios allí, para evadir al fisco. Que bueno, es algo completamente legal sí, pero de una hipocresía incontestable. Y eso es un tío que tiene una fortuna que le hace situarse dentro de la lista de Forbes de los personajes públicos más ricos del planeta, con lo que su aportación al estado podría ser bastante notoria.

Y la razón por la cuál lo he puesto de ejemplo es porque en una entrevista dijo una frase que me marcó en demasía: "Estamos podridos en dinero, pero no haríamos nada regalándolo a los países pobres". Pero no es el único. Gran cantidad de estrellas de cine, músicos o deportistas tienen también esta doble moral, creando Fundaciones en las que pueden alojar su dinero (con muy buenas tasas de impuestos), además de yéndose a paraísos fiscales y participando en diversos actos "solidarios".
Que, lo dicho, es muy bonito ir a un país pobre para hacerse la foto, pero eso no quita para que se les deifique por sus buenas obras para la sociedad, porque resultan tan hipócritas como cualquier otro. O hacer un "concierto solidario" o un "partido contra la pobreza", donde ya les tocará pagar a otros precios no precisamente muy populares, mientras ellos lanzan cuatro consignas y cantan cuatro canciones, o juegan una aburridísima pachanga, mientras los medios dicen lo buenos y generosos que son. Recuerdo una vez en un partido contra la pobreza, que un amigo me lo describió como "un partido en que juegan ricos, pagados por clase media, para los pobres". Algo así son estos actos.

Y no quiero decir que no hagan cosas positivas, o que sus actos no tengan utilidad (sobre todo para hacer llegar a la gente estos problemas, por el hecho que su imagen vende más en las revistas o en la televisión que un terremoto, por triste que sea). Hacerlas es posible que las hagan, pero en muchas ocasiones es más una labor de publicidad positiva y buena imagen que otra cosa.
Vamos, que buscan salvar el mundo y de paso enriquecerse.
He dicho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El negocio de la solidaridad y de las ONGS, como ahora Al-Gore con el de la energia limpia y el ecologismo-industrial. Simplemente es ganar dinero en sectores. aun sin explotar

Ademas U2 es el grupo mas sobrevalorado de la historia de la música.